¿Necesitamos protegernos energéticamente?

Hola a todos 🌿
Esta pregunta me lleva a reflexionar, y quiero compartir con todos mi mirada sobre el tema desde lo que he vivido y también desde lo recibido en canalizaciones.

Les comparto mi sentir, abierta a hacer un intercambio…Y al final también les dejo la única herramienta de limpieza que suelo usar antes de canalizar o cuando siento que la necesito.

Mi reflexión….

En este camino de expansión y consciencia en el que estamos, ocurre que en general trabajamos muy duro y ponemos mucha energía, tiempo y dedicación, tratando de encontrar equilibrio, de estar alineados con la luz, de vencer nuestras sombras y miedos, de limpiar nuestras heridas, de deshacer mandatos y desarmar programaciones. Podríamos decir… tratando de “vibrar alto.”

Sin embargo, creo que hay una programación colectiva de la que no terminamos de salir. Algo que sigue muy presente, condicionándonos desde la sombra: una programación que permanece activa y es difícil de disolver. Me refiero al programa de la vulnerabilidad. Ese relato constante que nos hace creer que somos frágiles, vulnerables, que estamos expuestos todo el tiempo.
Y sobre esto, personalmente no creo que sea así. No porque no existan las energías densas, sino porque creo que no somos tan vulnerables como nos enseñaron a creer.

En esta experiencia en la tercera dimensión, definida por la polaridad, la desconexión y la separación, durante siglos —y milenios— fuimos cediendo nuestro poder a estructuras externas. Y quienes fueron tomando ese poder lo conservaron (y lo conservan), principalmente ejerciendo dominio a través del miedo, debilitando la fuerza, la soberanía y la confianza del individuo humano. Siendo de este modo más “dominables.”
Las religiones, los sistemas de control, las ideologías autoritarias… han sido algunas de las herramientas utilizadas para instalar la idea de que somos pequeños, frágiles, incapaces. Se nos enseñó que necesitamos protección, que alguien nos salve, que alguien haga por nosotros, que solos no podemos.

Y si bien es absolutamente cierto que existen entornos densos, personas que vibran lejos del amor, e incluso realidades donde hay oscuridad y maldad, también es cierto que nuestra energía no es un campo abierto y vacío al que cualquier cosa entra.
Cuando estamos presentes, cuando habitamos nuestro eje, lo que no vibra con nuestra frecuencia simplemente no puede permanecer.

Eso está cambiando. ¡Nosotros lo estamos cambiando!
Lo que estamos recordando —y este camino que elegimos es parte de eso— es que somos seres con el poder de elegir, con libertad, conciencia y una capacidad interna inmensa.
Lo que pasa es que, en ese gran olvido, en esa desconexión de nuestra esencia, dejamos de reconocernos.

Y ahora, a medida que volvemos a habitar nuestra verdad, a recordar, a ampliar nuestra conciencia, todo ese viejo programa sigue intentando activarse. Repitiendo miedo y vulnerabilidad.
Y ahí es donde aparece la trampa: el miedo nos baja la frecuencia. Y al bajar la frecuencia, quedamos más permeables. Es en ese punto donde pueden surgir —una vez más— los “salvadores”, los que saben más, los que tienen algo que a nosotros nos falta. Y se perpetúa la idea de que hay que buscar afuera la fuerza.

Pero la verdad es que cuando estamos en nuestro eje, cuando habitamos nuestro campo con presencia, cuando estamos en coherencia y enraizados, no hay energía densa que nos pueda “invadir.”

✨Tu luz es tu campo. Tu vibración es tu protección.✨

Entonces creo que la verdadera protección no es un “muro” ni una armadura.
Es presencia, conexión y verdad interna. Cuidar hacia dónde está nuestra atención.

Cuando estamos anclados, en presencia consciente en nuestro cuerpo, y siendo desde el corazón, lo que no está en la misma frecuencia, simplemente no entra o no encuentra dónde quedarse.

Eso no quiere decir que no podamos sentir el entorno o que no haya momentos en los que se “nos peguen” energías densas.
Pero cuando eso sucede, no es señal de debilidad, sino un llamado amoroso a revisar si estamos centradas o dispersas, si hay lugares en vos que buscan completarse afuera.

Cuando algo externo nos toca, nos afecta o se pega, no es por debilidad.
Muchas veces es porque hay algo en nosotras que está pidiendo ser mirado, algo que está desalineado, o simplemente porque nos dejamos envolver por la energía del entorno.

En ese caso, creo que el camino no es endurecer el campo, sino volver a una misma con amor y consciencia. No tomarlo como un problema, sino como una invitación amorosa a volver a nosotras. A elegir dónde ponemos nuestra atención y foco.
Respirar, descansar, limpiar si hace falta… pero sin entrar en miedo, sin pensar que somos una esponja que absorbe todo.

A veces, solo es cuestión de bajar el ritmo, volver al cuerpo, limpiar con elementos simples (sal, sonido, respiración, tierra)… y recordar quiénes somos.

Les comparto algunas cosas que a mí me sirven mucho para volver al eje:

• 🌿 Conectar con tu centro: Respirar profundo antes de entrar en espacios densos. Llevar la conciencia al pecho o al vientre, y decirte alguna frase como: Estoy presente aquí y ahora. Soy luz. Me pertenezco.
• 🌿 Anclarte en la tierra: Abrazar un árbol, caminar descalza, visualizar raíces que nacen desde tus pies.
• 🌿Recordarme que mi energía no necesita defenderse, sino expresarse. Desde el amor, desde la certeza, no desde el miedo.
• 🌿 Elegir conscientemente a qué abrís tu campo: No todo espacio o vínculo merece tu energía. Eso también es parte del empoderamiento: decidir desde la conciencia, no desde el miedo.
•🌿Fortalecer tu campo desde el amor: No para protegerte desde la desconfianza, sino para expandir tu luz desde la certeza.
Lo que se nutre de miedo se diluye cuando hay presencia de Luz.

En conclusión, Creo que no vinimos a esta vida a estar blindados todo el tiempo, ni a la defensiva.
Vinimos a recordar quiénes somos, a recuperar el poder interno que fue velado, y a sostener nuestra luz sin miedo.

Sin embargo para poder llevar adelante esta tarea y sostenernos en nuestro centro, muchas veces debemos prestar atención de no dejarnos inundar por lo externo y cuando amerita , poner en uso alguna herramienta o ritual con el que resonemos para limpiar nuestro campo y realinearnos.

Les comparto más abajo la que siempre uso yo…😊

Gracias nuevamente por abrir este espacio a la reflexión! Si quieren, luego lo seguimos explorándolo juntos 🌿

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💜Ejercicio de Limpieza.💜 LLAMA VIOLETA💜

siento que mi campo está cargado o que algo me afectó más de lo habitual. En esos momentos, recurro a una herramienta que uso con mucha confianza y gratitud: la Llama Violeta.

La Llama Violeta es una energía de transmutación. No lucha contra la densidad: la transforma. Disuelve lo que ya no nos corresponde sostener, limpia lo que está en desarmonía y nos devuelve al eje sin conflicto ni resistencia.

Comparto un ejercicio muy simple que pueden hacer:

Colócate de pie, de ser posible descalzo, respira profundamente y alza tus manos y pide que la llama violeta de la transformación, se ponga en acción dentro, a través y alrededor tuyo, en un radio de aproximadamente tres metros en cada dirección.

Eleva tus manos y pide al Yo Superior, a la presencia Divina, que habilite tus manos con el poder purificador de la llama violeta. Visualiza tus manos con llamaradas violetas.

Comienza pasando las manos desde tu cabeza por todo el cuerpo hasta los pies, cubriendo la mayor superficie de tu cuerpo con las manos. haciendo como un barrido energético de todo el cuerpo. Visualiza tus manos como si fueran gigantescos imanes atrayendo hacia cada electrón de negatividad existente en tu cuerpo. Ahora con la mano izquierda, haz un barrido hacia abajo sobre el hombro, el brazo y la mano derecha y al terminar haz lo mismo con la mano derecha sobre el lado izquierdo.

Repetir esta actividad de principio a fin cuatro (4) veces una para cada uno de los cuerpos inferiores: fisico, etérico, mental y emocional.

Cada tanto sacude tus manos desde la muñeca para eliminar toda la energía pesada y discordante de tus cuerpos, y visualiza la energía negativa que es transmutada por la llama violeta.

Eventualmente podrás percibir aquello que acontece durante este servicio.

En la primera parte es como si un vestido apretado de una sustancia oscura te fuera sacado de tu cuerpo al pasar las manos.

La segunda vez, el vestido que te es sacado es de una sustancia de color gris.

La tercera vez el color del vestido se torna gris más claro, y la cuarta de un color aún más claro.

A medida que realices este ejercicio día tras día, esta sustancia astral se hará cada vez más clara cambiando también su textura hasta que esta es finalmente sacada totalmente de tu cuerpo. Puedes visualizar esta sustancia como  real, con colores, vibración y sentimientos para percibir como tu mismo lo vas transformando.

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